Los ritmos de cada uno son suyos propios.
Hay gente de ritmo rápido y otros de ritmo lento.
Hay un tiempo objetivo o normalizado, Cronos y un tiempo subjetivo o personal, Kairós.
Debemos conocer nuestro propio ritmo, nuestro tiempo personal (Kairós) y vivir de acuerdo a él. Esto genera armonía en nuestra vida.
Mortificarnos con lo que dicen los demás que debería ocurrir, si es pronto o es tarde, lo único que hace es generar sufrimiento en nuestra existencia.
En nuestra cultura se asocia inteligencia con velocidad. Si alguien responde a una pregunta muy rápido se le considera muy listo, como sinónimo de muy inteligente. Y justo aquí es donde se produce la equivocación.
Listo es equivalente a preparado y no a inteligente. El que se prepara para algo es una persona que está lista para hacer ese algo, simplemente eso.
Igualar listo a inteligente es consecuencia de creer que la vida es una competición, donde lo único importante es ser el primero, y sobre todo vencer al otro.
¿De qué hablamos cuando hablamos de inteligencia?
Su significado etimológico es «leer dentro» (ver más allá de las apariencias). También es la capacidad de » elegir entre»; » adaptarse a entornos distintos y » hallar soluciones».
El que conoce sus ritmos sabe cuando es el momento oportuno para sembrar y cuando debe recoger.
Reflexión Pedro Arias
Director The Ki Body Mind